lunes, 5 de abril de 2010

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Particulares de los reinos Vegetal y Animal.
En el reino vegetal -así como en el animal-, el material viviente fundamental es el protoplasma (células eucariotes) ya analizado: se observan los mismos “orgánulos” auto replicables (cloroplastos, en el caso de las plantas), las mismas estructuras citoplasmáticas, las mismas relaciones en todos los elementos, como también en consecuencia, una identidad de funcionamiento.

Las diferencias entre los dos reinos significan, por lo tanto, que los animales y los vegetales han edificado, a partir de un protoplasma -estructural y funcionalmente- idéntico, organismos siguiendo dos modalidades opuestas. La base biológica más correcta para diferenciarlos radica en considerar sus metabolismos.

En este aspecto, los vegetales pueden ser clasificados como autótrofos, es decir organismos capaces de utilizar compuestos inorgánicos simples para transformarlos en compuestos orgánicos complejos[12]. Por el contrario, los animales se consideran organismos heterótrofos, debido a que para realizar su actividad metabólica necesitan sustancias orgánicas más o menos complejas, que después transforma de diverso modo y a través de ciclos especiales.

Las células diferenciadas de estos organismos cumplen funciones específicas. En las plantas, esta especialización es reversible para muchos tipos celulares, lo que puede llevar hasta la obtención de un organismo completo a partir de piezas de tejido o aún de una célula (esta característica es conocida como la totipotencia de la célula vegetal). Por el contrario, la especialización de las células animales es normalmente irreversible, sobretodo, en los animales superiores. La capacidad de regeneración parcial existe en los unicelulares o pluricelulares primitivos (v.gr., las esponjas) en los que las células son muy poco especializadas[13].

La especialización de las células animales involucra a menudo una diferenciación entre las células somáticas y las reproductivas, mucho menos numerosas: las primeras mueren luego de cierto tiempo, mientras que las últimas son potencialmente inmortales por vía de reproducción. Las células vegetales guardan muy a menudo su carácter embrionario totipotente y pueden diferenciarse, según sus necesidades, en células somáticas o reproductivas. En casos extremos, las células somáticas pueden aún rediferenciarse en células reproductivas.

La célula vegetal -como toda otra- contiene la información necesaria para el cumplimiento de sus funciones metabólicas y reproductivas. Pero la diferenciación de las células vegetales es más tardía y a menudo reversible a causa del carácter totipotente de la mayoría de las células. No existen estirpes de células reproductivas, y la diferenciación de los órganos reproductores y de las células sexuales se realiza a partir de células vegetales banales (tal es el caso de los vegetales inferiores) o a partir de tejidos permanentes no diferenciados (los meristenios de los vegetales superiores) que también participan en el crecimiento vegetal.

En el reino Vegetal puede darse la reproducción sexual y asexual o multiplicación vegetal:

· En la reproducción sexual en las plantas, los gametos masculinos y femeninos son producidos por un mismo individuo (especies monoicas) o por dos individuos diferentes (especies con sexos separados o dioicas). Estas situaciones se parecen a aquellas encontradas en algunos animales hermafroditas , pero en el caso de las plantas, la distribución de sexos y por ende su determinismo, se complica por la alternación de generaciones y por el hecho de que la sexualización puede afectar a una u otra de ellas.

La reproducción sexual, se parece a la de los animales pero tienen características diferenciales: los animales son generalmente diploides, esta situación es rara en el reino vegetal, donde los individuos son en general haploides, o bien existe alternación de generaciones heteromórficas (haploides y diploides). La fusión de los gametos implica el desplazamiento de por lo menos uno de ellos (oogamia), pudiendo establecerse una relación entre el modo de desplazamiento de los gametos y la naturaleza del medio en el que viven las plantas: medio acuático o medio terrestre (pues, contrariamente a lo que ocurre con los animales, las plantas no pueden desplazarse). Y aún en un mismo medio determinado, los modos de fecundación son diferentes.

El ciclo normal de un vegetal va de la germinación de una semilla a la producción de ellas, pasando por el desarrollo de una planta que tendrá flores que contendrán órganos reproductores masculinos y/o femeninos[14].

En ciertos casos, la fecundación puede tener lugar entre las partes masculinas y femeninas en el seno de una misma flor o entre el polen y los óvulos producidos por las diferentes flores pero del mismo individuo[15], o puede que ella no pueda ser concretada más que entre sexos opuestos de distintos individuos[16].

Cada uno de estos mecanismos es más o menos estricto y, por ende, puede constituir entre las plantas un sistema obligatorio o simplemente preferencial. Las plantas autogámicas son muy homogéneas y se reproducen de año en año con todas las características propias de la variedad; las plantas alógamas son esencialmente variables. La autofecundación, reproducción uniparental, está prohibida entre las plantas alógamas por la separación de los sexos, y aún más, en ciertas especies bisexuales un mecanismo fisiológico se opone a las posibilidades de autofecundación.

Existe endogamia cuando un grupo desciende de uno o muy pocos progenitores y el contacto reproductivo sólo se realiza entre los integrantes del grupo. Los mecanismos naturales tienden a relegar a la endogamia, y si se le impone a una planta alógama un régimen endogámico, se debe tener en claro que el producto de esta unión forzada será menos vigoroso y menos fecundo.

· La multiplicación vegetativa (o asexuada) es frecuente en los vegetales inferiores, más que en los superiores. Los modos de multiplicación están muy diversificados, por ejemplo por fragmentación del individuo luego de la cópula natural, por la formación de células o de grupos de células, de órganos o de grupos de órganos más o menos diferenciados que se separan de la planta de manera natural.

Existen dos sistemas de reproducción por vía vegetativa:

· por rizomas o estolones; y

· por apróximación es un modo de reproducción asexuado particular que se realiza a través de semillas, pero en este caso, estas semillas asexuadas son en realidad óvulos que llegaron a la maduración sin que tuvieran una fecundación normal, estas plantas se conocen como apomicticias.

La multiplicación vegetativa conserva toda la información genética del vegetal de base. Pero este genotipo idéntico permite el funcionamiento y el crecimiento de plantas morfológicamente distintas. Muchas plantas económicamente importantes son estériles y sólo se propagan vegetativamente (v.gr., el ananá, la caña de azúcar, el banano, etc.).

· Finalmente, existe un modo de reproducción que puede ser considerado como reproducción asexuada: la partenogénesis, es decir el desarrollo de un nuevo individuo a partir de un óvulo no fecundado[17]. Este tipo siempre produce (en aquellas especies donde el espermatozoide es el que determina el sexo, recuérdese lo dicho para los insectos himenópteros) descendencia femenina. La partenogénesis carece de la ventaja del sistema de apoyo parental que proporciona la multiplicación asexual típica, pero contrarresta ello con las posibilidades de un mayor número de descendientes y habitualmente una mayor dispersión de la progenie.

En el reino Animal, las células poseen la información genética para todo el organismo pluricelular. La mayoría de estas células están especializadas, fisiológicamente y morfológicamente diferenciadas; ellas constituyen los tejidos y los órganos que el animal necesita para sobrevivir y reproducirse; no obstante muchas (las sexuales, entre ellas) no cumplirán totalmente su función hasta que el animal llegue a la edad adulta.

Por efecto de su especialización, las células somáticas han perdido sus potencialidades morfogenéticas. Para reproducirse, el animal tiene necesidad de células que permanezcan totipotentes, capaces de dar nacimiento a un nuevo individuo, ellas son las células reproductivas.

Los animales disponen de dos procesos de reproducción y de propagación:

· la reproducción asexuada: un fragmento pluricelular (formado por células blastogenéticas) del animal padre se aísla fisiológicamente del mismo, y luego se separa. Este blastozoide es el origen del nuevo individuo. A menudo, los individuos hijos permanecen atados al animal de origen y producen entonces una colonia[18], ejemplos de este tipo se encuentran entre los animales inferiores.

Entre los animales también existe el modo de reproducción partenogénesis, es decir el desarrollo de un nuevo individuo a partir de un óvulo no fecundado[19]. Este tipo siempre produce descendencia femenina (en aquellas especies donde el espermatozoide es el que determina el sexo), aunque más común entre los animales de las escalas inferiores también se han encontrado ejemplos entre peces, ranas y lagartos. Este sistema se da asimismo entre las especies que alternan los ciclos de reproducción asexual típica y la sexual (v.gr., los dípteros Miastar).

· la reproducción sexuada: dos células germinales diferentes dependiendo del sexo[20], el gameto masculino (espermatozoide) y el gameto femenino (óvulo) se fusionan (fecundación) para producir un huevo que será el origen del nuevo individuo (animales superiores)

El huevo fecundado es una célula única, a menudo de gran dimensión, con un núcleo digamético, es decir formado por la unión de los núcleos de los gametos (células reproductivas), con un citoplasma que encierra reservas más o menos importantes. La fecundación es seguida por la segmentación, que va a partir al huevo indiviso y a crear una unidad pluricelular, o blástula, en la cual la morfología no será aparente hasta un estadio posterior, el de la gastrulación. Se considera generalmente que la segmentación termina cuando el embrión comienza a crecer.

El desarrollo del embrión animal está determinado por la acción de factores citoplasmáticos maternos así como también otras sustancias que intervienen en la diferenciación tisular y la formación de patrones, causando cambios en la expresión de genes específicos en los núcleos de las células embrionarias que ellos afectan. Uno de esos conjuntos distintos de genes son conocidos como genes homeóticos y regulan el crecimiento y la división celular, son los responsables del control genético del desarrollo.

Más de una docena de estos genes contienen una secuencia común de ADN de 180 nucleótidos; esta secuencia es conocida como el dominio homeo y es igual en todo el reino Animal, cuyos organismos exhiben un patrón segmentado en alguna etapa de su desarrollo. La cadena polipéptica dictada por la secuencia de nucleótidos del dominio homeo contiene muchos aminoácidos básicos, sugiriendo que puede funcionar como molécula reguladora que se une al ADN alternando el curso de la expresión génica. Estos descubrimientos evidencian que ciertos “genes maestros” desempeñan un papel crítico en el desarrollo de la organización y en el patrón corporal de todos los organismos animales (así, el homo sapiens)

Cuadro 2 Diferencias entre los Reinos vegetal y animal.

VEGETALES SUPERIORES
ANIMALES SUPERIORES

· Organismos sedentarios, fijos sobre un sustrato.
Organismos móviles, se desplazan.

· Crecimiento y talla indefinidas
· Crecimiento y talla definida.

· Coordinación por señales lentas (colonias hidráulicas) (sistema descentralizado).
· Propagación rápida de señales.

· Sensibilidad, pero reacción retardada.
· Sensibilidad y reacción instantáneas.

· Sitios de recepción difusos, no especializados.
· Órganos de los sentidos localizados, especializados.

· Ingestión por absorción de solutos.
· Ingestión de elementos sólidos.

· Crecimiento o inclinación hacia las fuentes de alimentación.
· Desplazamiento de todo el organismo hacia las fuentes alimentarias.

· Dispersión y ocupación de territorios nuevos por la propagación de células especializadas, conjunto de células u órganos (esporas, semillas), por medios pasivos (viento, agua, animales)
· Dispersión por desplazamiento de los individuos (migración) y hacia puntos dispersos.



· Autótrofos. Gran poder de síntesis.
· Heterótrofos. Capacidad de síntesis reducida.

· Poliploidía generalizada.
· Poliploidía reducida.
Variación de las especies
Las especies van cambiando, evolucionando.
Todas las plantas y animales domésticos que conocemos se originaron de especies en estado silvestre.


Charles Darwin
Esta evolución se da porque en la naturaleza hay individuos que siendo parecidos, comienzan a presentar algunas diferencias entre sí. Con el pasar de las generaciones, estas diferencias pueden acentuarse y surgir nuevas especies.

Las plantas y animales domésticos han cambiado gracias a la influencia del hombre

Hace unos 3.5 millones de años, el hombre comenzó a ejercer una considerable influencia sobre su ambiente y sobre los organismos de los que dependía para alimentarse.

El origen de la agricultura, hace unos 10,000 a 15,000 años, fue posible gracias a que el hombre decide asentarse en un lugar y dejar de ser nómade, lo que le permitió desarrollar la habilidad de domesticar y cultivar algunas plantas.

Este proceso de domesticación no se restringió a los plantas; muy poco después fueron domesticados algunos animales de los que se alimentaba.

También domesticó al perro, quien cumplió diversas funciones junto al hombre. Debido a esta especialización, se produjo una variación tan amplia de razas, como las que se puede observar en la actualidad.



Arado



El perro, uno de los primeros animales domesticados por el hombre

Selección Natural
Darwin se dio cuenta de que las plantas y animales cambiaban por acción del hombre, pero Darwin se hizo una gran pregunta: En la naturaleza, donde no está presente el hombre, ¿cambian o no cambian?

Darwin también llegó a la conclusión de que en la naturaleza sólo sobreviven aquellos seres que pueden adaptarse mejor a su medio ambiente.

Como las jirafas del Africa por ejemplo. En un determinado momento y por distintas razones, las plantas de las que se alimentaban desaparecieron, y sólo quedaron ramas a mayor altura, de las cuales sólo podían alimentarse las jirafas más altas, mientras que las más bajas murieron.

Poco a poco en sucesivas generaciones, las nuevas jirafas, tuvieron el cuello cada vez más largo para poder alcanzar su alimento.

Las especies preservan las variaciones que les son favorables para sobrevivir y desechan las que no les son favorables. A esta cualidad de los seres vivos, Darwin la denominó "Selección Natural" gracias a la cual se transmiten a los hijos los rasgos más favorables para seguir viviendo. Así sobrevivieron las jirafas.